Amores clandestinos
En el borde de un solitario precipicio
soplan aquellos vientos del suplicio,
queriendo con aires de mucha ternura
un pensamiento con sensitiva frescura,
en inmenso afecto de un excelso trovador.
Taciturnos se hurga aquella colinda luna
que conjuga indiviso el verbo del amor,
donde florecen encantadores brotes
de aquellos bálsamos de tanta malicia,
que avasallan toda oculta conciencia.
Atrapado en un lozano sin ningún espino,
estofado en profundas hojas de un aroma
en el que fulguran aquellos serafines caminos,
rumbo a florecientes y cordiales destinos
que unificaran aquellos amores clandestinos.
Autor: Ángel Vega
Arcangelman
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