Aroma de tu piel

Aroma de tu piel

Manipular con mis cálidas manos tu fruto

es concebir  aquellos máximos placeres

sintiendo la pasión de tu desnudo capullo,

y al rosar con caricias mi cuerpo junto al tuyo

desbordas los deseos mas ocultos de mi piel.

Sentir los retoños de tus rígidos privados pechos

en las aclamaciones de mis extremidades,

 y junto al convulsionado aliento de tu boca

haces incitar e impulsar mi implacable péndulo

buscando la abertura de tu proporcionada ternura.

Siente el contraerse interno de mi propio pecho

y hazme el amor junto a tus desnudos pechos,

retozando de placer en este acalorado lecho

uniendo tu desabrigada piel junto a mi piel

rebosando todos aquellos aromas de hidromiel.

En esta noche siente al rededor de tus mismos labios

lo humedecido de este  miembro desarrollado,

que penetran lentamente abriendo camino en tu flor

con aquella hermoso fragancia de tu mismo resplandor,

siendo yo aquel  hombre que te suministra un sano amor.

Autor: Ángel Vega

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De qué sirve a veces amar

De qué sirve a veces amar

De qué vale amar más allá del propio sentimiento

cuando aquel amor es llevado solo por el viento,

arrastrado como las olas del mar sin poder detener

aquel tan profundo suspiro de un pequeño respiro

que haga al pobre corazón valer aquel anhelado latir.

De qué sirve entregar todo el corazón con sinceridad

si  posteriormente te cultivan aquella gran oscuridad

que aplasta tu alma en aquel profundo silencio,

en donde el repiquetear de la noche es desolación

sin poder escuchar un te quiero de consolación.

De qué provecho es dar tanto amor y tanta pación

aquel ser que está en tu propio lecho de tu comunión,

si a veces te hace sentir el espíritu tan vacio y reprimido

tan asesinando como aquel ocaso que ha desaparecido,

en aquella extensión de aquel horizonte ya abandonado.

Auto r.  Ángel Vega

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Oscura poesía

Oscura poesía

¡Oh… oscuridad que despedazas sin piedad

y que  a través de  las estaciones matas las emociones,

llévate de una vez esta alma ensangrentada

asía aquel abismo  que está olvidado y en mutismo

tan cristalizado como el cristal mismo.

¡Oh---  cerrazón que haces perder hasta la razón

y lastimas más profundo que la melancolía

cincelando con aquel aguijón al corazón

en donde los filones gotean sosegadamente

sin poder ser inspeccionadas por aquella mente.

¡Oh… penumbra que controlas hasta el alma misma

haciendo sollozar con  aquel ímpetu al espíritu,

sin que pueda conocer una luz para poder amansar

aquella cuchilla que vez tras vez cincela el alma

sin que ella pueda tener un retoño de una calma.

¡Oh …crepúsculo que humedeces esta badana

Y la haces estremecer con aquellas ganas de amar,

sin poder jamás encontrar en esta existencia

aquella verdadera musa que descubra el renacer

y haga ver aquel astro, adonde se halla su oscura  poesía.

Autor: Ángel Vega

Arcangelman

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