Utopías perdidas
Dos bellos cuerpos en los crepúsculos,
sobre aquellas doradas primaveras
en la que retozábamos del amor,
siendo acariciados por tiernos soplos
de los árboles y los suaves vientos.
Auras que llenaban de tanto gozo,
todos las amanecidas y ocasos
cobijando con crepúsculo único,
como el brillar constante de la luna
que serenaba las desnudas pieles.
Como cuando alimentabas la vida,
con aquella dulzura de tus pechos
embriagando los labios tiernamente,
enriqueciendo todos los sentidos,
calmando cada una de las pasiones.
Donde fantasías de nuestros cuerpos
enmarañaban de tantos placeres,
floreciendo cada vez los instintos,
fraguando siempre todo los instantes,
quedando perdidos los dos amantes.
Autor: Ángel Vega
Arcangelman
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